Como si de cualquier evento sin importancia se tratara, “La
Noche Más Esperada” ha empezado con los 10 minutos de rigor de retraso, pero
por primera vez, esto no ha parecido incomodar al público congregado en el
Eternity Stadium.
Purgatory no ha llegado a conectar con el los asistentes, que
eran reacios a su mensaje. Aunque han demostrado tablas y en ningún momento han
flaqueado.
Los que sí han pasado prácticamente desapercibidos han
sido los ninguneados Pitbull y David Ghetta que, una vez agotadas todas las colaboraciones
posibles, cada uno por su lado, lo han intentado juntos, pero han estado a
punto de acabar con la paciencia de una expectante multitud, que no estaba
interesada ni lo más mínimo en su ya enfermizo afán por colaborar con “to
quisqui”.
Gracias a la atenta organización, algunos de los objetos
lanzados, no han llegado a sus objetivos.
La espera se ha hecho eterna hasta la aparición del que
sin ningún género de duda, es el mejor showman de todos los tiempos, que entre erupciones volcánicas, tsunamis,
tornados y un despliegue perfecto de ingeniería escénica, ejecutada a la
perfección, está provocando el delirio al grito cuando el speaker de la noche
“John, The Evangelist” ha anunciado con un: “Ladies and gentlemen, let me
introduce you, from the Eternity Stadium and for the whole World, the one and
only, the big, big, big… THE CREATOR & The Judgement Band”, ha dado paso a
The Creator, que se está dirigiendo a su público por primera vez: “¡¡Good night
everybody!! ¡¡Clap your hands fucking humans!! ¡¡You are going to shit
down paws!!”.
Han arrancado los inconfundibles primeros compases de
“High way to hell”, the Creator pletórico, está recorriendo el escenario
señalando con su dedo a las primeras filas, en lo que parece una revelación:
“Sois los elegidos”.
Acto seguido “Simpathy for the Devil”, un auténtico regalo
para sus fans, ya que es un tema que no suele incluir en su set list habitual,
parece ser debido a un malentendido con unos viejos amigos.
Les siguen los coreados “Lucy in the Sky with Diamonds”,
“Heroine”, “Cocaine”, “Kaya men”, “I’m on fire”, “Oh my God”, una frenética y
salvaje versión de “Welcome to the jungle” con un Creator totalmente entregado
a su público. La esperadísima “Stairway to Heaven” ha provocado el encendido de
millones de Iphones con la app de llama de mechero.
Casi 2 minutos de lights off, han dado paso a la
apoteósica “Never mind the bollocks”, en lo que ha parecido un irónico y
paternal reproche hacia su incondicional público.
Llega el momento de ceder protagonismo a la banda que le
acompaña desde los inicios. Su figura desaparece entre una espesa niebla.
Impecable solo del barbudo baterista Moses, “The Seven
Plagues”, iluminado por un potente y celestial cañón blanco, al que se le une
su perfecto complemento, el bajista Abraham, “The Right”, a su vez el solemne “The
Saint Spirit” at the keyboards, dan paso al delirio con las 2 piezas fundamentales
e indivisibles de la banda, “Cain & Abel Brothers”, desmintiendo así los
rumores sobre sus continuas broncas y peleas, que en algunas ocasiones han
trascendido más allá del backstage. Y por último, las armoniosas voces que
envuelven a la Voz, la exuberante morenaza Mary Muffin que puntualmente también
se hace cargo de las percusiones.
Llega el momento en el que el público parece adivinar que
se acerca la recta final. Un ensordecedor recibimiento al regreso de The Creator,
que ahora luce una deslumbrante túnica reveladoramente roja y negra, que hace
una mención para agradecer a toda la crew que le ha acompañado en esta, casi
eterna gira que hoy llega a su fin, y en especial al prematuramente
desaparecido Judas Iscariot, al que la presión del puesto de tour manager, en
este duro mundo del show business, le superó trágicamente.
“I’m gonna
give you the bigger surprise of your life. Sing with me: “You’ll never make a
saint of me”. Con
todos vosotros: Kris Superstar!!!!!!”
Así presentaba The Creator a Kris en su 2ª aparición, en
lo que se venía rumoreando desde su accidental visita anterior (esta vez sin su
banda), en la interminable gira, cosa que provocó más de un desmayo de las
muchas groupies y seguidoras de los Twelve Apostles, con lo que confirmó su
condición del mayor icono erótico de todos los tiempos. Aunque realmente, lo
que causó una general exclamación entre el público masculino, fue el disimulado
cachete en los bien formados glúteos de la voluptuosa corista. Parece que los
rumores que en su día se propagaron en el tabloide Divinity Glamour, era algo
más que un relleno.
La preciosista interpretación a dúo de “We are the
Champions” da paso a lo que se llama “falsa despedida”.
Innumerables gargantas reclaman inmediatamente los
obligatorios bises.
The Creator se siente generoso y no duda en ceder al
reclamo de lo que se le pide. Los mayores greatests hits de su extensa y
dilatada carrera.
De pronto, una tenue iluminación y un estruendo in
crescendo de “The apocalypse trompets” dan paso al famoso coro de los “Four
Horsemen”, para acompañar a The Creator en el climax del show, con los
imprescindibles “Hallelujah” y “Ave Maria (when will you be mine?)”.
Finalizando el tema y en un correctísimo castellano, un guiño con “Viva la
Blanca Paloma, y la madre que la parió”, dirigido al amplio sector hispano allí
congregado.
Ahora sí, esto se acaba.
El incuestionable The Creator y el por última vez presente
(ahora de verdad), Kris Superstar, sincronizan como si de un solo “YO” se
tratara, la agitación de sus melenas, al ritmo de lo que supone el inevitable
final.
Son las 00h del 22 de diciembre de 2012, no va más señores.
The game is over.
Hasta siempre…
http://www.youtube.com/watch?v=9jK-NcRmVcw&ob=av3e
muy bueno
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